Carmina y Amén

Carmina y Amén arranca con la muerte súbita del marido de la protagonista, que convence a su hija (María León)
de no dar parte de la defunción hasta pasados dos días para poder
cobrar la paga doble que él tenía pendiente. Durante esos dos días
esconden el cadáver y disimulan su duelo en la cotidianidad de un bloque
de pisos de un barrio humilde de Sevilla.
El nuevo trabajo de Paco León ha hecho que el cine español tenga
quizá un nuevo comienzo y su obra ha conseguido una gran cantidad de
adeptos en los que me incluyo, ya que soy uno de esas personas que
siempre han opinado que segundas partes nunca fueron buenas. En esta
ocasión me alegro de no llevar la razón.
El director novel (ya convertido en profesional) ha logrado que esta
segunda película creada de su ingenio, se haya convertido en una cinta
digna de ver. ¿Los motivos? La reinvención de la tragicomedia y su
traslado al cine de una manera tan brillante es uno de sus puntos a
favor. Con esto ha conseguido que el espectador no pierda detalle y que
nunca bajen los picos de la trama y mezcle las carcajadas y la tristeza
de un momento a otro y sin que se espere.
Otro factor que consigue que la película sea llamativa, es la creación
de sus personajes. A los que ya conocemos (Carmina, María, etc) se les
han unido un conjunto de personajes que no les ha bastado con ser parte
principal de la trama, sino que han llegado incluso a eclipsar a sus
protagonistas, El caso más evidente es el de Yolanda Ramos, quien ha contribuido de manera excelente en la obra de su amigo y director Paco León, el cual ha reclamado un Goya para la actriz en la rueda de prensa posterior a la proyección de Carmina y Amén y
no es para menos, ya que la puesta en escena esta actriz ha sido
fundamental en la cinta del director sevillano. En cuanto a María León,
ya estamos acostumbrados a verla sufrir y su papel en esta película no
hace más que evolucionar de manera progresiva aunque un tanto lenta pero
finalmente consigue los que pide el guión, que la evolución llegue al
tope requerido por este.
Siguiendo con los personajes, cabe destacar la actuación de Carmina Barrios.
Pese a no ser una actriz profesional (hablando en un sentido técnico),
ha conseguido que su personaje no sea repetitiva respecto a la primera
película, sino todo lo contrario, nos muestra facetas nuevas de su
personaje, como si en Carmina o revienta no nos hubiera enseñado la totalidad de la personalidad de Carmina.
El guión que nos ha ofrecido Paco León ha sido digno de plasmarlo
y la mezcla de los dos géneros (drama y comedia), hace que este se haya
consagrado con tan solo dos películas. Los argumentos son brillantes y
hacen dudar que la puesta en escena de estos, sean parte del mismo guión
o se haya conseguido improvisar por los actores, lo que engrandece el
trabajo realizado por el polifacético actor, director y guionista.
El último motivo, y no menos importante, por el que esta película
engancha de una manera tan hipnótica es la magnifica fotografía
conseguida, algo difícil pues una gran parte está rodada en interiores.
Sus pocas escenas en el exterior consigue este logro sea mayor y
concretamente en una de sus últimas secuencias, en los que nos había
podido sorprender Paco León incluyendo un cameo que no ha podido
producirse por enfermedad. Este cameo que hubiera introducido era el de
la Duquesa de Alba en una de las escenas más importantes de la película,
algo que confesó el propio director en el pasado Festival de Málaga.
El buscarle algo negativo a la cinta es algo imposible, algo que quizá
no compartan algunos por el tipo de humor que diferencia tanto la
geografía española. Este humor negro y andaluz ya fue todo un éxito con Carmina o revienta
y con esta secuela se ha magnificado, llenando la sala de risas y
aplausos en todo momento, llegando incluso a silenciar el argumento de
la película en algunos momentos. Digna de ver desde el primer segundo
hasta el último, Carmina y Amén permite al espectador
disfrutar de un cine español distinto y hace que se requiera de una
nueva obra del director y sus protagonistas aunque sea enfocado desde
otro marco.
Finalmente, esta película hace pensar que si se trasladase a otros
medios, podría triunfar sin duda alguna. Por sus escenarios, personajes,
etc, hace que imaginemos que estemos ante una obra de teatro digno de
compararse con la obra de García Lorca, "La casa de Bernarda
Alba" y si se decidiese llevarse sobre estos escenarios, tendría la
misma buena acogida que ha tenido su predecesora y que seguro que tendrá
esta.